viernes, 30 de abril de 2010

Extroscopía 53

Monjas y sus trajes hasta donde no les alcanza la mano.
La mano arrugada y blanca, luciendo un anillo de oro.
Anillo de oro con pedazos de jabón enmohecido entre el metal y la piel.
La piel erizada de una tarde perturbadora.
Tarde perturbadora de imagenes sugerentes y depresión adolescente tardía.
Depresión adolescente tardía, sensación ansiosa y destructiva.
Sesnación ansiosa y destructiva que hace que me tiemble el pulso.
Me tiemble el pulso, se me acelere el corazón y se me derritan los ojos.
Se me derriten los ojos y mis brazos ya no responden a mi cerebro.
Mi cerebro congestionado y lleno de humo.
Humo grisaseo y confundido, esparcido por los rincones del caos en el que duermo.
Duermo y sueño, lloro y río. Corro y me robo escobas.
Escobas de bruja, de peluquerías indecentes, de uñas ajenas rascándome la cabeza.
La cabeza me da vueltas y quiero vomitar.
Vomitar sobre las monjas y sus trajes hasta donde no les alcanza la mano.

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