sábado, 14 de noviembre de 2009

Extroscopía 31

Han pasado siglos desde mi reconciliación fortuita, con un universo que tendía a ponerme trampas.
Han pasado siglos desde mi primer intento arquitecto de tener sensaciones a cerebro abierto, es por eso que no puedo dar al mundo una segunda oportunidad para destruirme, por muy tentadora que la idea parezca. No puedo dar otro instante de insanía al cosmos para que las cavilaciones de mis antepasados tergiversen mis pensamientos.
No me puedo permitir olvidar mi nombre ni olvidar que esto es sólo un juego.
Tengo que estar alerta y contar los días de a uno. Es la única forma de mantenerme cuerda.


Padre, espera, seguiré llorando tu suicidio.
Hermano, espera, seguiré enjuagándote la culpa.
Madre, espera, no haré de ti, una prostituta.

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