Extroscopía 2

El color irrasible de mis venas me está transtornando, las moléculas del agua danzando en mis manos me están transformando.
Salgo afuera y todo se ve de distinta manera, los perros me siguen con la mirada y somos ambos un solo espíritu. Nada vale más que yo y nada vale menos que yo, porque somos un conjunto entero, unificado e inseparable.
Estoy en un lugar postgénero, en el subconsciente de todo este mosntruo energético que llamamos vida, y saltamos, nos agitamos en masa, transformándonos en una sola consciencia, en el sueño de alguien, en la representación de lo que hay en nuestras mentes.
Creo que estar aquí, en este mundo que subyace al suelo y tener la conciencia de ser lo que soy, de simplemente estar viva y sentirme orgullosa de ser una creatura más, me hace feliz, totalmente feliz, perdidamente feliz.
Tanto que quisiera abrir la boca y absorberme a mí misma y sentir la bozcosidad vibrante de mi propio fenómeno viviente.