lunes, 17 de mayo de 2010

Extroscopía 59

Quiero un beso en la sien, que me reviente los sesos.
Quiero morirme mañana, de éxtasis, de miedo, de adrenalina, de un paro cardiaco.
Quiero un tren en mis pupilas que me permitan recorrer las cuidades.
Quiero encontrarme el cenicero de la humanidad y verter mi porquería.
Quiero una lanza certera, en mi costilla derecha.
Quiero un golpe en el pómulo, un imán en la mejilla derecha.
Quiero morderme los labios y ahogarme en sangre.
Quiero irme en el sueño, despertar en Neptuno, renacer cubierta de estrellas, desconocida por todos.
Quiero un beso en la sien, que me vuele la cabeza, me aleje de la cuerda conciencia.
Quiero un reflejo instantaneo, instinto de (no) conservación activado.
Quiero una muerte segura, quiero tirarme del balcón, lanzarle piedras al mar.
Quiero que me trague una ola, respirar bajo tierra, respirar en la atmósfera.
Quiero cortar el cordón dorado que me une a mi cama.
Quiero un beso en la sien, que me perturbe los sueños.

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