domingo, 13 de septiembre de 2009

Extroscopía 20

Salvajes sueños, dulces calabazas, maníes confitados y fuego en el aire.
Lucha contra la gravedad, mutaciones congénitas, insufrible teatro de espanto/aspecto humanoide.
Niños y hermanos. Abuelos sauces. Madres sangrientas. Padres marrones. Amigos lácteos. Cadáveres felices que amargan la noche...
¿Quién entre todos ustedes rescatará este trozo de conciencia carbonizado?
¿Quién entre todos ustedes se conmoverá con la vida trizada de aquel sujeto?
El que era niño y que hoy es materia muerta que ha echado raíces en el parque de ahí.
Niño estúpido, niño febril. Niño escualido, abatido, I-T-E-R-M-I-T-E-N-T-E.


Cambio recuerdos por alas, eufemismo estúpido para intercambiar un poco de THC por unas cuantas historias mal-contadas pseudo-inventadas y medio-carcomidas.


Llegué con el sol a mi puerta.
Desperté con la tarde entre mi ropa.
Me largo de inmediato, con la madrugada soñadora guiñándome su ojo ciego... incredula.

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